La presente edición de la revista aparece en momentos en que en nuestro país y en el mundo se están viviendo tiempos muy duros, ocasionados, fundamentalmente, por dificultades de orden económico. En particular, el caso colombiano es muy complicado, pues con el tristemente célebre caso de las pirámides, queda demostrada una vez más la cultura del dinero fácil en la cual vivimos. En efecto, consideramos que independientemente de los errores en que pudieron incurrir diferentes autoridades estatales, la crítica situación que se ha vivido en los últimos días en nuestro país encuentra verdadera explicación en la trastocada escala de valores que domina a nuestra sociedad, golpeada también por un grave problema de desigualdad social. Por lo tanto, vemos en nuestra revista un medio de expresión que debe reflejar el interés creciente por hacer de las ciencias jurídicas una fuente de solución a los problemas que a diario se viven en nuestra sociedad. Sólo la ciencia nos podrá permitir vislumbrar adecuadamente el rumbo que debemos tomar. Sin embargo, la ciencia por sí misma no es suficiente, pues la razón alejada de los buenos sentimientos no conduce a ningún terreno fértil. En particular, el caso colombiano es muy complicado, pues con el tristemente célebre caso de las pirámides, queda demostrada una vez más la cultura del dinero fácil en la cual vivimos. En efecto, consideramos que independientemente de los errores en que pudieron incurrir diferentes autoridades estatales, la crítica situación que se ha vivido en los últimos días en nuestro país encuentra verdadera explicación en la trastocada escala de valores que domina a nuestra sociedad, golpeada también por un grave problema de desigualdad social. Por lo tanto, vemos en nuestra revista un medio de expresión que debe reflejar el interés creciente por hacer de las ciencias jurídicas una fuente de solución a los problemas que a diario se viven en nuestra sociedad. Sólo la ciencia nos podrá permitir vislumbrar adecuadamente el rumbo que debemos tomar. Sin embargo, la ciencia por sí misma no es suficiente, pues la razón alejada de los buenos sentimientos no conduce a ningún terreno fértil. Por lo tanto, vemos en nuestra revista un medio de expresión que debe reflejar el interés creciente por hacer de las ciencias jurídicas una fuente de solución a los problemas que a diario se viven en nuestra sociedad. Sólo la ciencia nos podrá permitir vislumbrar adecuadamente el rumbo que debemos tomar. Sin embargo, la ciencia por sí misma no es suficiente, pues la razón alejada de los buenos sentimientos no conduce a ningún terreno fértil.