Desde hace muchos años pienso en la educación de la juventud aunque primero lo vi como necesidad en la formación de los obreros cristianos militantes de lo social pocas cosas tan importantes como la correcta comprensión de la utopía y de su extraordinaria fuerza de inspiración y de movilización personal y colectiva en las sociedades necesitadas de cambio. Por otra parte, la historia enseña que cuando un movimiento histórico político llega al poder con la pretensión de imponer la utopía, se convierte en un terrible sistema de opresión a nombre del paraíso en la tierra que se promete. La tierra sin mal. De mañana, bien vale la eliminación de los opositores hoy.