En 1889 uno de los escritores más importantes de la literatura inglesa y ganador del Nobel en 1907, Rudyard Kipling, emprendió un viaje por Asia con un último destino: el país del sol naciente. Se encontró allí en un momento de grandes cambios, con la transición del Shogunato Tokugawa a la Era Meiji y en un momento en que empezaba la occidentalización del país. En la narración el autor se sirve del personaje de un profesor inventado para dialogar sobre el presente y el futuro de Japón y es en general muy crítico con su situación.