Obra escrita gracias a la beca de escritura otorgada por el Ministerio de Cultura de Colombia y el FONCA de México. Residencias artísticas México-Colombia. 2003. El punto de partida de este texto fue la necesidad de hacer una exploración alrededor de tres temas aparentemente contrarios: el amor, la guerra y la fiesta. Durante el proceso de indagación y escritura, los personajes femeninos, poco a poco, fueron tomando más fuerza hasta convertirse en las figuras centrales de la historia. Estas mujeres, en medio de una gran fiesta, se fueron revelando no tanto como víctimas de la guerra sino como partícipes de esta. Aquí los hombres están ausentes, están afuera peleando, disparando, matándose entre ellos, pero las mujeres no se quedan atrás: ellas se inventan su propia guerra, más íntima, menos sangrienta, pero no menos violenta. Lo que sucede allá afuera, inevitablemente, se reproduce aquí adentro. Y aunque es allá en donde explotan las bombas, aquí es donde en realidad se padecen las consecuencias. Lo que podría ser asumido como una debacle, como el fin del mundo, para estos personajes, ya habituados a la sangre, a las balas, a la traición y, en general, a la guerra, es simplemente parte de lo cotidiano. Los sorprende más la revelación de un secreto que una explosión, un desamor que un cadáver. Nada muy distinto de eso que en nuestro país vivimos todos los días. Estas mujeres, en medio de una gran fiesta, se fueron revelando no tanto como víctimas de la guerra sino como partícipes de esta. Aquí los hombres están ausentes, están afuera peleando, disparando, matándose entre ellos, pero las mujeres no se quedan atrás: ellas se inventan su propia guerra, más íntima, menos sangrienta, pero no menos violenta. Lo que sucede allá afuera, inevitablemente, se reproduce aquí adentro. Y aunque es allá en donde explotan las bombas, aquí es donde en realidad se padecen las consecuencias. Lo que podría ser asumido como una debacle, como el fin del mundo, para estos personajes, ya habituados a la sangre, a las balas, a la traición y, en general, a la guerra, es simplemente parte de lo cotidiano. Los sorprende más la revelación de un secreto que una explosión, un desamor que un cadáver. Nada muy distinto de eso que en nuestro país vivimos todos los días.