Dios ha muerto, el Rey ha muerto, el pueblo ha muerto, el proletariado ha muerto...Nosotros los matamos a todos, nos liberamos de la servidumbre voluntaria que nos habíamos impuesto con esas divinidades codiciosas; pero ahora hemos quedado solos, vivimos irremediablemente solos con nosotros mismos. Ya nadie nos salvará, nadie nos protegerá de nuestra locura constitutiva cuya raíz se interna en las vertiginosas formas de lo unario, sin embargo, son esas formas las que nos permiten hablar, pensar, decir yo y situarnos en el tiempo y en el espacio. Los dioses y sus múltiples descendientes solían resolver para nosotros el ilogismo fundamental que nos constituye; pero ahora, en el mundo de la democracia de masa, debemos enfrentarlo cara a cara sin mediación ni alternativa. ¿A qué precio pagaremos la incomparable libertad que hemos adquiridoEn Dany-Robert Dufour se interroga sobre el problema del fundamento político de las sociedades y encuentra que su fundamento responde a una lógica unaria: mientras que las diversas figuras del Otro que las sociedades han forjado a través de los siglos asumen que éste es causa de sí mismo, en las democracias actuales el sujeto hablante es quien se define, a la usanza del antiguo Dios, mediante una autorreferencia.Nosotros los matamos a todos, nos liberamos de la servidumbre voluntaria que nos habíamos impuesto con esas divinidades codiciosas; pero ahora hemos quedado solos, vivimos irremediablemente solos con nosotros mismos. Ya nadie nos salvará, nadie nos protegerá de nuestra locura constitutiva cuya raíz se interna en las vertiginosas formas de lo unario, sin embargo, son esas formas las que nos permiten hablar, pensar, decir yo y situarnos en el tiempo y en el espacio. Los dioses y sus múltiples descendientes solían resolver para nosotros el ilogismo fundamental que nos constituye; pero ahora, en el mundo de la democracia de masa, debemos enfrentarlo cara a cara sin mediación ni alternativa. ¿A qué precio pagaremos la incomparable libertad que hemos adquiridoEn Dany-Robert Dufour se interroga sobre el problema del fundamento político de las sociedades y encuentra que su fundamento responde a una lógica unaria: mientras que las diversas figuras del Otro que las sociedades han forjado a través de los siglos asumen que éste es causa de sí mismo, en las democracias actuales el sujeto hablante es quien se define, a la usanza del antiguo Dios, mediante una autorreferencia.¿A qué precio pagaremos la incomparable libertad que hemos adquiridoEn Dany-Robert Dufour se interroga sobre el problema del fundamento político de las sociedades y encuentra que su fundamento responde a una lógica unaria: mientras que las diversas figuras del Otro que las sociedades han forjado a través de los siglos asumen que éste es causa de sí mismo, en las democracias actuales el sujeto hablante es quien se define, a la usanza del antiguo Dios, mediante una autorreferencia.En Dany-Robert Dufour se interroga sobre el problema del fundamento político de las sociedades y encuentra que su fundamento responde a una lógica unaria: mientras que las diversas figuras del Otro que las sociedades han forjado a través de los siglos asumen que éste es causa de sí mismo, en las democracias actuales el sujeto hablante es quien se define, a la usanza del antiguo Dios, mediante una autorreferencia.Locura y democracia Dany-Robert Dufour se interroga sobre el problema del fundamento político de las sociedades y encuentra que su fundamento responde a una lógica unaria: mientras que las diversas figuras del Otro que las sociedades han forjado a través de los siglos asumen que éste es causa de sí mismo, en las democracias actuales el sujeto hablante es quien se define, a la usanza del antiguo Dios, mediante una autorreferencia.